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1 de octubre de 2007

Despierta, gatita, despierta...


Aún no estaba muy segura de estar despierta, o viva, ...

Mis sentidos estaban anquilosados, y un sopor de toneladas me aplastaba sobre las sábanas, oprimiéndome el pecho, estrangulándome las vísceras.

Primero tomé conciencia de mis párpados, sucios ventanales de bisagras oxidadas tras siglos de intemperie...

El picor de la angustia, que creía olvidada y sacrificada en la víspera, volvía a hacerme compañía...

Seguía ahí, fiel vigía de mis sueños, anhelo afilado de mis días.

El olor metálico de la sangre se me había instalado para siempre en la epidermis, en el camino de vuelta a mi rincón.

El sol me saluda, desayunándose mi insomnio...

Vuelvo a mi ático, sabiendo que eres mío, porque llevo tu rastro bajo mis uñas...

(Publicado en el primer Ático de los Gatos de msn spaces, el 16 de junio de 2005)

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