A veces sucede…
Es el ansia y su raigambre en las sienes,
de insectos y de formas delirantes,
vacíos reconstruidos sobre ruinas
espectrales, donde dormita el ángel
con lluvia en las alas.
Justo en ese instante robado al sueño,
los ojos huyen, lejos
en busca de otros climas más propicios,
y anidan en las grietas de los muros,
e incuban húmedos seres de viento.
Al borde del alba regresan
las aves portadoras del buen juicio.
Traen en sus picos mapas y bocetos,
perfiles de realidad, sus contornos.
Por eso ya no juego
a distinguir tu rostro entre las nubes.
De "La Lluvia Roja".
© Rosario Troncoso
3 comentarios:
Genial, Rosario.
Un abrazo.
Antonio M.
Bello poema. Gracias.
Saludos...
Que preciosidad de poema, esa belleza a la que nos tienes acostumbrados.
C. Sáiz
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