Gioconda Belli en Jerez

Maite Jiménez, Rosario Troncoso, Gioconda Belli y Mercedes Escolano.
Gioconda Belli y Rosario Troncoso. Gioconda en plena firma de sus ejemplares de "El infinito en la palma de la mano".
Contestando a las cuestiones planteadas por Lalia González Santiago, directora de "La Voz".

Después de una temporada sin entrar al blog por falta de tiempo, y algunas veces de ganas por puro agotamiento, estoy más que obligada a dedicarle un rincón de este ático particular a una de mis poetas (o poetisas, al gusto del personal) favoritas: la gran Gioconda Belli.
El miércoles 12 de marzo, en la Fundación Caballero Bonald de Jerez, tuve la oportunidad de acercarme a ella y charlar un rato, así como pedirle la firma de rigor de dos de sus libros, "Apogeo", selección de poemas de última hornada, y su flamante y recientemente premiada novela "El infinito en la palma de la mano", recién adquirido el ejemplar en el stand colocado para la ocasión.
La visita de Gioconda se debía precisamente a la presentación de su última novela, que como mencioné anteriormente, ha sido galardonada con el Premio Biblioteca Breve.
Leyó pasajes de su novela, de la cual aún no puedo hablar ya que no he podido comenzar su lectura (sé que poco tiempo aguantaré sin sucumbir a la tentación de acercarme a sus páginas), y sus palabras atraparon por completo a quienes estábamos allí ávidos de novedades en su literatura.
Resultamos de sobra satisfechos, ya que Gioconda colmó nuestras expectativas, y no sólo leyó y se recreó en pinceladas que hacían más fascinante si cabe el argumento de la historia que se nos ofrece en su último libro, sino que además, por si fuera poco, nos regaló dos poemas inéditos.
Sublime, no cabía esperar menos de esta gran dama de la poesía contemporánea.
Para saber más, tenéis un enlace en este blog, con su página oficial.
Aquí os dejo las fotos del mágico encuentro, y uno de sus poemas, de mis favoritos también. Disfrutadlo.

Y DIOS ME HIZO MUJER

Y Dios me hizo mujer,
de pelo largo,
ojos, nariz y boca de mujer.
Con curvas
y pliegues
y suaves hondonadas
y me cavó por dentro,
me hizo un taller de seres humanos.
Tejió delicadamente mis nervios
y balanceó con cuidado
el número de mis hormonas.
Compuso mi sangre
y me inyectó con ella
para que irrigara
todo mi cuerpo;
nacieron así las ideas,
los sueños,
el instinto.
Todo lo creó suavemente
a martillazos de soplidos
y taladrazos de amor,
las mil y una cosas que me hacen mujer todos los días
por las que me levanto orgullosa
todas las mañanas
y bendigo mi sexo.

Por Gioconda Belli