
En mis sueños se diluyen los días sin tí, esos que no tienen entidad ni razon de ser porque me faltas. Esos días y esas noches, que tan eternas se me hacen...
Soñé que caminaba cada noche de tu mano, de vuelta a casa, borracha de ilusión y de ganas, descalza por la ciudad, mientras las esquinas aguantaban despiertas sólo por vernos juntos...
Soñé que Madrid nos envolvía, con su mágica atmósfera nocturna, regalándonos silencios furtivos, entre el tráfico y la gente...
Soñé que me llevaba en volandas un amor gigantesco, que me sonreía en tus ojos, serenamente, y me protegía de todos mis temores,...
Y acabaron de golpe todos los inviernos tristes, y los veranos fríos,... y llegó un otoño de besos, y noches sin zapatos.
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