Y no vuelvas a hacer
como si no supieras de mí,
como si nunca hubieras invadido
todas mis estancias,
como si nunca hubieras entrado
hasta el fondo de mis ganas.
Y no vuelvas a negarme
hasta tres, cuatro, mil veces...
que no estoy hecha de vacíos
que me sobran en los ojos
todas tus huellas...
No vuelvas a ignorarme
los deseos más bellos,
ni aniquiles aquello
que SÍ hemos vivido...
aunque no te acuerdes.
No vuelvas a traerme
el olvido impuesto,
pues ya se respira
la amnesia, reseca,
y la muerte.
3 comentarios:
Hola!
Inteersante poética. me ha gustado lo que escribes. Sigue adelante! Nos leemos.
Saludos...
Muy bonito!!! Ya echaba yo de menos que publicaras alguna creación propia. Me gusta leerte.
Un abrazo.
Suena a imposición pero... es una imposición tan dulce que no queda otra cosa que rendirse a ella.
Besos.
Publicar un comentario