Vistas de página en total

23 de mayo de 2010

Eva Zamorano, Empezar.

He recibido varios correos electrónicos en los que se me pedía encarecidamente el texto que escribí para el desfile de moda flamenca de la diseñadora gaditana Eva Zamorano, "Empezar", celebrado el pasado 19 de marzo en el Cetro Flamenco de La Merced.
Fue un encargo de mi amigo Mino Salietto, director y productor de eventos varios, entre ellos, "Soliloquio. La voz del mundo interior".
Por motivos de trabajo no pude asistir, pero me consta que todo salió a pedir de boca y que la joven diseñadora encandiló al público asistente con sus trabajos.
Un honor poder contribuir con un trocito de mi poesía.
Aquí dejo el texto completo.
Salud.



EMPEZAR

Empezar. Vivir. Abrirse paso. Surgir con la primavera, romper a jirones el invierno.

Salir a la luz y a los colores que salen al encuentro de tus pasos. Empezar, caminar y seguir.

Como Eva sigue, hilvanando esperanza de encajes y organdí, a base de talento, para que las musas le bailen por alegrías.

Eva, mujer de agua. Niña de mar. De mágico levante en las manos, de claridad atlántica en puntadas de ilusión que deshacen los miedos, trayéndonos todos los recuerdos bellos, devolviéndonos a este sur del sur.

Cuando Eva quiere, sueña olas de talle bajo, y remolinos de espuma en todos los tonos de azul. Todos los colores dormidos salen a su encuentro, en un vaivén de flecos y flores eternas.

Cuando Eva sueña, quiere la suavidad de la arena en los pasos y crea los patrones para vestirse de playa, de marea, de retales de sol y marabú.

Eva empieza. Eva, valiente, no termina, y nos regala un trozo de su alma en cada una de sus creaciones.

Es el arte en movimiento, que hoy está en Cádiz, y tiene nombre de mujer.

1 comentario:

Anónimo dijo...

To be a upright lenient being is to from a philanthropic of openness to the mankind, an cleverness to guardianship unsure things beyond your own restrain, that can take you to be shattered in very outermost circumstances on which you were not to blame. That says something exceedingly important thither the get of the ethical life: that it is based on a conviction in the uncertain and on a willingness to be exposed; it's based on being more like a plant than like a prize, something somewhat feeble, but whose acutely precise attraction is inseparable from that fragility.