Con "las patas colgando" como diría mi abuela.
Así me quedo yo viendo la extraña actitud de algunas personas.
Homo homini lupus, afirmó Plauto y luego Hobbes. Y no se equivocaban.
También mi abuela decían que a los que enjuician, critican, o despellejan vivos a los demás, cuando éstos (los demás) no están hay que darles razones, para que, si te odian y maldicen, lo hagan con razón.
Ahora me doy cuenta, que pese a no haber podido disfrutar de una educación completa, ni hacer gala de una cultura de excepción, mi abuela era excepcional, y cuando sentenciaba, lo hacía con la sabiduría de la vida, de la experiencia, del sufrimiento...
Recuerdo cuando contaba historias de la guerra, y de su miedo a volver a vivir esa época en que había cierta licencia para odiar y matar, dando rienda suelta a las envidias y a las pasiones más bajas.
Contaba ella, que los vecinos se odiaban, simplemente por tener menos tomates en la huerta que el de la huerta de al lado...y así, por exceso de rojez, acusaban al que vivía puerta con puerta de comunista.... irónicamente, un día llegaban y se llevaban al vecino, simplemente por tener no sólo más tomates, sino más hijos, y éstos además, más guapos que los propios.
Así de triste.
Menos mal que no estamos en guerra, o eso parece, y que los vecinos, o simplemente el prójimo, no puede venir a pegarte un tiro...
O quizás sí, y se lleve a tu hija adolescente, para asesinarla, hacer desaparecer su cuerpo, y reirse de ti en tus narices. Total, la impunidad es un hecho.
Y El Cuco ha sido absuelto. Qué sociedad tan mediocre, qué chabacanería.
Pero bueno, mientras exista Jorge Javier Vázquez y su basurero millonario, que nos las den todas por el mismo sitio. Qué calladitos estamos, tan fieros que hemos sido siempre...
Parece que mi abuela tenía razón, en todo. Pero no las monjas del colegio en el que me crié.
Ingenuas ellas, inculcaban las buenas obras. Si hacíamos el bien, recogeríamos los frutos.
Se vé que no, y que no siempre, sino nunca, ganan los buenos.
2 comentarios:
Mi joven amiga:
Tu abuela, como casi todos los abuelos, contaba con esa sabiduría que da la experiencia.
Cierto es que casi nunca ganan los buenos, y más cierto aún es que la desvergüenza de quienes poseen los medios hace pasar por buenos a quienes no lo son salvo por su fachada.
Pero hay días en que brilla el sol. Hay días en que los criminales pagan por sus delitos, y aunque eso sea una excepción, tal vez merezca la pena despertar cada mañana con la esperanza de que, hoy, haya un poco de justicia en el mundo. Y mientras tanto, escribamos, que eso, por ahora, no nos lo pueden quitar.
Un abrazo.
Un viajero.
Querido amigo internauta:
Gracias por entrar y leer mis exabruptos gatunos en este humilde blog.
Estoy contigo cuando afirmas que el sol sale, de vez en cuando, claro que sí.
Pero de momento me provoca frustración ver cómo somos algounos seres humanos, lo mal que funciona el sistema casi siempre, y es en estos momentos de cabreo cuando más me acuerdo de mi abuela, como símbolo de todas las abuelas y abuelos, como símbolo de la sabiduría más pura que es la viene de la sencillez...
Gracias por tu aliento de esperanza. Se agradece que estés ahí, que estéis ahí.
Y escribamos pues, que es lo que nos queda para reconfortarnos un poco.
Un abrazo enorme amigo.
Publicar un comentario