Al primer golpe de lluvia

El exceso empacha. Últimamente sueño en heptasílabos, alejandrinos, endecasílabos... y no consigo encontrarle el acento a nada. Dicen que es la serotonina. Yo digo que son las pamplinas. Porque todo lo que me obsesiona no deja de ser eso, una pamplina, que termina resolviéndose y diluyéndose al primer golpe de lluvia.

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Nadie me lo ha preguntado, pero uno de mis poetas favoritos es Javier Sánchez Menéndez. Y una de mis poetas favoritas es Raquel Lanseros. A ambos, los conozco en persona. Y siguen siendo dos de mis poetas favoritos.

 

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Se está muriendo. Eso me han dicho. Y a mí, a pesar de todo, me duele. Y es un dolor con eco, porque está muy al fondo de algún lugar de mi alma, allí donde suelo almacenar caras, nombres, momentos que han escocido de una forma insoportable, pequeñas decepciones, grandes desengaños, algunas noches de fiebre y culpas inconfesables.

 

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Siempre que el deseo me abandona por imposible, sueño contigo.