Un poema para celebrar el 2014, con mucha luz.
Dos
de enero
Notamos aún el sabor
de casi todo y son jóvenes
nuestros ojos y nuestras manos.
A lo lejos, en la cocina
la mañana huele a puchero
y oímos el trajín de amor
de la madre y sus quehaceres.
En este lado de la casa,
lo más fascinante del mundo:
un ropero antiguo y juguetes
escondidos tras los vestidos.
Y el nerviosismo clandestino
y la más prohibida ilusión,
y ese júbilo tan secreto
de la verdad sabida a medias.
Todo es luz, miel y chocolate.
Y es dos de enero, todavía.
De "Fondo de Armario"
(Editorial Los Libros de Umsaloua, Sevilla 2013)
Todos los derechos (y los deberes), reservados.
1 comentario:
Feliz año nuevo, Charo, en otro día sin importancia.
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