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2 de enero de 2014

Un día que no tiene importancia, en medio de la vorágine: dos de enero.

Un poema para celebrar el 2014, con mucha luz.

Dos de enero

Notamos aún el sabor
de casi todo y son jóvenes
nuestros ojos y nuestras manos.

A lo lejos, en la cocina
la mañana huele a puchero
y oímos el trajín de amor
de la madre y sus quehaceres.

En este lado de la casa,
lo más fascinante del mundo:
un ropero antiguo y juguetes
escondidos tras los vestidos.

Y el nerviosismo clandestino
y la más prohibida ilusión,
y ese júbilo tan secreto
de la verdad sabida a medias.

Todo es luz, miel y chocolate.

Y es dos de enero, todavía.

De "Fondo de Armario"
(Editorial Los Libros de Umsaloua, Sevilla 2013)
Todos los derechos (y los deberes), reservados.

1 comentario:

José Miguel Domínguez Leal dijo...

Feliz año nuevo, Charo, en otro día sin importancia.