Vistas de página en total

15 de marzo de 2015

Dudas

Hace dos semanas presenté mi libro nuevo de poemas "Transparente" en La Casa del Libro de Sevilla.
Todo fue perfecto. 
La compañía, insuperable. Amigos admirados. Personas muy queridas. Tapas. Unos vinos. Risa y cariño compartido. Mimos de mi editor.
Sí. Todo fue perfecto.
Pero una de mis amigas, la poeta magnífica R., preguntó algo, o más bien reprochó, en pleno debate, discusión suave, durante la presentación. 
Mis poemas le sabían a lo mismo. Monocromos. El yo. Mi yo. Repetitivos temas. Estilo fácilmente reconocible. Recursos reiterativos.
R. no quiso herirme, me consta que solo dio una opinión, desde el respeto, y la admiración. Y quizás quiso expresar otra cosa, no que no le agradaran mis textos. Sé que le agradan. Sé que me lee y me sigue, como a ella, yo.
Su intervención me ha dejado inmóvil. Y también sé que es positivo, ¿no?
Ahora necesito avanzar. Seguir leyendo. Innovar. Investigar.
Intento escribir con otra voz. 
Estoy segura de que no lo conseguiré nunca.

..................................................................................................................................................

En mi afán de organizar jaleos, en mi empeño de seguir publicando textos ajenos y propios, a veces, siento dudas.
Dudas y debilidad en los cimientos de papel, aquellos en los que deposito toda mi fe. Y tiembla todo mi ser.
Recuerdo, cuando dudo de todo y de todos, a Lady Ottoline Morrell. Es uno de mis personajes históricos favoritos. Por su excentricidad y extraño altruismo masoquista.  Me encomiendo a ella.
Y temo que todo sea una gran mentira. Que todos sean realmente impostores o interesadas máscaras.

..................................................................................................................................................

Juan José Millás, en su articuento titulado "El Desconcierto", diserta acerca de los libros que se dejan a medias, porque no atrapan, porque "algo pasó" con ese libro, en su interior, que no invitó a leerlo hasta el final. Y que lo mismo ocurre en la vida, cuando se deja a medias.
Temo que me ocurra. Que todo pierda interés. Que nada continúe hasta el final.
A saber de quién es la culpa.
No se sabe, ni se sabrá, porque no merece el esfuerzo.

No hay comentarios: